Las guarniciones con cebolla son el acompañamiento ideal de muchas carnes y pescados. Aunque solo vayas cocinados a la plancha, fritos, asados o a las brasas, este vegetal les da un toque muy especial de sabor que completa y mejora el plato.
Te proponemos una serie de recetas de guarniciones hechas con cebolla muy ricas. Te recomendamos probarlas una a una en distintas ocasiones e incorporarlas a tu cuaderno o listado de recetas caseras que usar habitualmente.
Para facilitar la elección en cada momento hemos dividido las guarniciones en dos secciones: aquellas que son tradicionales y las que son frías, muy fáciles de preparar. Junto con las cantidades y modo de preparación también señalamos algunos alimentos con los que son especialmente adecuadas.
Guarniciones con cebolla clásicas
Aritos de cebolla fritos
Para acompañar las alitas de pollo fritas, hamburguesas, pescados a la romana o unos filetes de cerdo o ternera a la plancha, entre otras preparaciones, los aritos son de las guarniciones con cebolla más populares. Prepararlos en casa es muy sencillo. También puedes servirlo como picoteo con comidas que no sabes con qué guarnición acompañar, como pizzas. Y es ideal para acompañar unas chuletas y pescados a la sal.
Para cuatro personas puedes cortar una cebolla grande en aros más finos que gruesos, de unos 3 mm. Y en un cuenco preparamos la masa de rebozado mezclando bien:
- 200 ml de leche fría de la nevera
- 150 gramos de harina de trigo
- una cucharadita de levadura química o levadura blanca en polvo
- un huevo grande
- un pellizco de sal
Dejar reposar unos 15 minutos la masa en la nevera. Y pon aceite a calentar, el que prefieras, ya conoces cómo varía el sabor. Reboza cada aro en la mezcla primero y lueg en pan rallado, para que quede más cujiente. Y ve friendo en la sartén o freidora caliente, hasta que se dore por todas partes.
Escurre muy bien, mejor en papel absorbente de cocina y sirve enseguida.
Tostadas de cebolla caramelizada
Otra de las guarniciones con cebolla tradicionales es caramelizando esta o confitándola en dulce. Si la sirves en una o dos rebanadas de pan recién tostado cunde más y la presentación gana.
Para que la cebolla caramelizada quede bien se debe hacer lentamente. Es el truco para que la textura y sabor sean perfectos. Solo tienes que picar en medias lunas la cebolla pelada y ponerla al fuego en una sartén con un chorretón de aceite de oliva y un pellizco de sal. Se debe cocinar a fuego medio-suave. Cuando empiece a estar blandita puedes añadirle una cucharada de azúcar moreno de caña y dejar que se siga haciendo hasta que esté en su punto, blanda, melosa, oscura y dulce.
Las tostadas mejor si no son muy gruesas y las tuestas al momento en tostador o sobre una plancha de cocina. También las puedes hacer bajo el grill del horno. Simplemente una vez esté el pan crujiente, pon encima la cebolla caramelizada.
Estos acompañamientos con cebolla son ideales con pescados con sabor intenso como el pez espada, la caballa y el bonito. Y con carnes que necesitan un punto jugoso, como el solomillo de cerdo o las chuletas de lomo de cerdo a la plancha.
Cebollitas francesas con glaseado picante de miel
Similar a la guarnición anterior pero con cebollitas francesas enteras peladas, muy pequeñitas, un sustituyendo el azúcar moreno de caña por la misma cantidad de miel de mil flores. Además lleva una guindilla de cayena picada por cada 250 gramos de cebollitas.
Son ideales para servir con piezas enteras de pescado, por ejemplo para acompañar lubina a la sal o rodaballos de ración a la parrilla. O con piezas de carnes o aves como los pollitos tomateros asados o las codornices a la parrilla.
Guarnición de cebolla con uvas pasas
Es otra versión de la cebolla confitada. En este caso, cuando la cebolla ya está casi lista, se añade por cada cebolla 2 cucharadas de uvas pasas y dos copas de vino de Oporto o de Pedro Ximenez. Y se deja cocinar a fuego medio hasta que las uvas pasas estén hidratadas, infladas y tiernas y el líquido haya reducido casi por completo.
Estas guarniciones con cebolla son ideales para dar sabor y jugosidad a preparaciones simples y que tienden a la sequedad. Por ejemplos carnes asadas sin más o cocinadas a la plancha o sobre las brasas: ternera, cerdo, cordero… Pero también con carnes como el pato, a la que los acompañamientos dulces le van muy bien.
Acompañamiento de cebolla y patata
Otra de las guarniciones a base de cebolla tradicionales es la que lleva patata y cebolla tiernas. Se cocina casi como si fuera la base de una tortilla de patata: cebolla picadita, patata laminada pero no excesivamente fina, y cocción muy suave en una sartén con aceite de oliva y un pellizco de sal.
Generalmente la proporción entre patata y cebolla suele ser mitad y mitad. Pero si prefieres que la guarnición sea más saciante y de sabor más suave, puedes usar tres partes de patata por una parte de cebolla.
Estas guarniciones con cebolla admiten bien el uso de especias y hierbas frescas diferentes. Y eso te dar mucho juego en la cocina. Es una preparación muy versátil porque solo cambiando el especiado, cambia su sabor y personalidad totalmente. Puedes ponerle una picada de perejil fresco o de cebollino fresco para acompañar pescados rebozados o a la plancha. De romero para acompañar pollo o cerdo. De albahaca para servir con un bonito o bacalao en salsa de tomate. ¡O lo que te apetezca!
Guarniciones con cebolla frías
Si dispones de poco tiempo no tienes por qué renunciar a guarniciones con cebolla. No todas requieren estar largo rato al fuego. Estas son algunas muestras muy sabrosas.
Ensalada para guarnición de cebolla con naranja
Perfecta para acompañar pescados y carnes blancas.
Simplemente pela una cebolla morada y córtalas en medias lunas no demasiado finas. separa las capas y añade por cada cebolla una naranja, los gajos sacados al vivo, perfectamente limpios. Aliña con unas gotas de zumo de limón, un chorretón de aceite de oliva virgen extra y un pellizco de sal. Así de sencillo.
Cebolla encurtida exprés para acompañamiento
Es ideal para guarnición para pescados azules. Aunque puedes utilizarlo también con carnes.
Para prepararlo, pela una cebolla morada mediana y córtala en medias lunas muy finas. Ponla en un cuenco con un pellizco de sal, el zumo de un limón, una cucharadita de salsa de soja y media cucharadita de jengibre fresco rallado. Mézclalo bien y déjalo reposando 15 minutos.
Pasado este tiempo, añade el zumo de otro limón, 50 ml de agua, 2 cucharaditas más de salsa de soja, una cucharadita de salsa Worcestershire, un clavo de olor, 1/2 cucharadita de bayas de pimienta negra y rosa mezcladas y 100 ml de vinagre de manzana. Cubre y deja reposar en la nevera unas 8 horas y ya puedes usarlo como guarnición para diferentes tipos de platos.
