Baños reparadores

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Baños reparadores

Tomar un baño no es lo más ecológico del mundo, sobre todo en según qué lugares, pero donde el agua no falta, un buen baño  resulta estupendo para nuestra piel y para hacernos sentir bien. Los baños reparadores son una posibilidad que merece la pena disfrutar.

Baños reparadores para ganar bienestar.

Para que un baño resulte reparador, hay que moderar el tiempo de inmersión; lo recomendable es en torno a los 20 minutos, para que nos de lugar al descanso y , en el caso de que añadamos elementos que nos aporten un beneficio extra, para que éstos tengan tiempo para actuar. Pero un baño que se alarga en exceso termina resultando contraproducente.

La temperatura ideal del agua para un baño reparador es la temperatura del cuerpo. Pongamos entre 36ºC y 37ºC. Para un baño estimulante, la temperatura adecuada  es de 29ºC. Lo ideal es que ésta temperatura se mantenga durante todo el tiempo del baño.

Si quieres añadir hierbas por sus propiedades o por el aroma que aportan, hazlo pero nunca las eches directamente al agua si no quieres terminar con trocitos de hojas pegadas a la piel y la bañera hecha un asco. Puedes envolverlas en una tela de muselina o gasa y atarlas con una goma o un lazo, sumergiéndola luego en el agua; es igual de efectivo y muchísimo más higiénico y cómodo de limpiar. Además, dejándolo secar tras el baño, puedes reutilizarlo. Otra opción, es preparar previamente una infusión y añadirla al agua del baño.

También se pueden añadir al agua del baño vinagres o leches que aportan beneficios especiales. E incluso aceites esenciales, que deben mezclarse con el agua del baño (unas pocas gotas son suficientes). Hay que evitar añadirlos bajo el chorro del agua para que no se evaporen.

La caléndula y la hierbabuena son dos buenos ejemplos de plantas accesibles que resultan estupendas para baños reparadores y curativos. Mezcladas con flor de tilo y/o con manzanilla, nos ayudarán además a que el baño resulte relajante.

El aceite esencial de hierba limón es estupendo para activar la circulación y ayudar a reparar la piel flácida (se recomienda usarlo tras una dieta de adelgazamiento o después del parto); al de incienso olíbano se le atribuyen propiedades antienvejecimiento de la piel y reparadora de la misma; el de jazmín es un excelente tónico para la piel sensible (y aporta un aroma maravilloso); el de nerolí es excelente para la piel; el de romero es ideal para combatir el cansancio, la fatiga y los dolores musculares, con el plus de ser además estupendo para estimular el crecimiento del cabello; el de rosas (también maravillosamente aromático) alivia el estrés y es sensible con todo tipo de pieles, tanto, que hasta se puede usar en baños infantiles.

Si dejas macerar durante un mínimo de dos semanas 400ml de vinagre de sidra con 400gm de hojas de menta, tendrás un estupendo compuesto refrescante, ideal para los baños reparadores del tiempo cálido. Usarlo es tan sencillo como añadir al agua del baño 4-5 cucharadas del líquido resultante de este macerado.

La leche hidrata, tonifica, hidrata y ayuda a recuperar la firmeza de la piel. No hace falta llenar la bañera de leche de burra como se dice que hacían Cleopatra y Popea, pero si puedes añadir leche al agua del baño. Dos tazas de leche entera de vaca son suficientes para un baño. Pero más interesante es aún la leche de cabra, que hoy en día ya no es tan dificil de encontrar en hipermercados y que como cosmético es más potente que la leche de vaca.

 

Foto by Pixabay

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