Cómo sobrevivir a las vacaciones en pareja

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Cómo sobrevivir a las vacaciones en pareja

Mientras muchas parejas están deseando poder disfrutar juntos de unos días de vacaciones, otras muchas parejas temen esos días porque saben que terminarán en multitud de discusiones. Son parejas que ya arrastran problemas, en unos casos leves y  solventables, en otros ya graves, y que al verse obligados a convivir más horas en una época en que no se pueden refugiar en el trabajo  u otras obligaciones, ven como las discrepancias y los problemas enquistados se multiplican.

Si perteneces a este último grupo, al de las parejas con problemas de convivencia graves y enquistados, no encontrarás aquí la panacea, pero si unos consejos para no agravarlos durante las vacaciones. Si no, aquí verás unos consejos para que esos problemas no lleguen, o no por lo menos por el lado de la convivencia durante la temporada vacacional. Descubre cómo sobrevivir a las vacaciones en pareja

Lo primero de todo es el respeto y la empatía, palabras que sobre el papel a todos nos suenan muy bien pero que muchas veces olvidamos en la práctica. Si tenemos posiciones encontradas sobre un tema, es muy sano debatir sobre ello pero siempre con tranquilidad, sin llegar a calentarse y a faltarse al respeto, haciendo ver al otro los por qués de nuestra posición pero sin enrocarnos en imponerla como la única válida.

Los pactos, los acuerdos a medio camino, son ideales. No se trata de dejarse pisar o de ceder siempre para evitar la discusión, al contrario, se trata de que cada uno ceda parte del camino para llegar a un punto intermedio del mismo.

Muchas de las discusiones de las vacaciones tienen que ver con el lugar de destino, con el tiempo de ocio y con el presupuesto de gasto. ¿De qué sirve salirte al 100% con la tuya si el otro miembro de la pareja va a estar amargado? Y viceversa, ¿de qué sirve claudicar en todo si nos hará infelices? Los pactos, los acuerdos, son los que nos harán la vida más fácil y placentera. Dividir el tiempo vacacional en dos destinos o pactar uno alternativo que satisfaga en parte a ambos, elaborar un presupuesto detallado y realista que  no nos endeude y en el que podemos dejar cierta cantidad de margen al libre albedrío de cada miembro de la pareja (ya sean 10 euros o 1.000, según vuestro poder adquisitivo), acceder a algunas propuestas si el otro accede a alguna de las nuestras…

Incluso en el periodo vacacional, es importante disponer de tiempo para uno mismo. No es necesario estar las 24 horas del día juntos, sobre todo si los gustos y aficiones son radicalmente diferentes para ambos miembros de la pareja. Por ejemplo, si un miembro es muy pasivo o necesita descansar durante este periodo y el otro es muy activo o gusta de hacer deporte, ¿por qué no disponer de un tiempo en que uno pueda salir a correr, montar en bici o hacer ejercicio y el otro aprovecharlo para darse un baño relajante, dormir más o simplemente vaguear un rato? Incluso si hay hijos pequeños en la pareja, se puede reservar un rato al día (una hora, tres, lo que decidáis juntos) o cada dos días para que cada uno pueda dedicar a su afición y el otro haga otra actividad con los niños.

Y quien dice afición, dice gustos de relax y ocio. ¿Que se ha pactado un destino de playa, por ejemplo? Bien, eso no implica estar todo el día tomando el sol, si a uno le agobia puede dedicarse a pasear, a leer a la sombra, a conocer la vida cultural del municipio o a preparar una paella, por decir algo.

Repartir las tareas domésticas es imprescindible también en vacaciones. Si es un tema de discusión recurrente, siempre se puede optar por ir a un hotel donde os lo den todo hecho, pero si pasáis vacaciones en casa, en un apartamento alquilado, de camping… las tareas domésticas deben ser cosa de dos.

Algo muy importante para el buen ambiente entre la pareja, es prescindir de compañías si a uno de los dos no le convencen. Es decir, si tienes unos amigos/familiares que tu pareja no soporta sea por lo que sea, no te empeñes en hacer un viaje o pasar las vacaciones juntos. Y si es es tu pareja la que insiste y tú quien no quieres, niégate en rotundo so pena de verte con el hígado amarillo por callar o metida en mil discusiones durante el tiempo de vacaciones. Habrá momentos a lo largo del año para estar con esas personas en otros ambientes, tener que compartir tanto tiempo y muchas veces el único libre y distendido del que se dispone en todo el año con alguien a quien no se soporta o con quien uno se lleve bien, no es agradable. Ni lo impongas ni dejes que te lo impongan. 

 

Foto by Pixabay

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