Hace un tiempo publicamos un artículo sobre los diferentes usos que se le puede dar a un balcón cerrado. Hoy, nos centraremos en cómo convertir un balcón cerrado en una salita de estar. Y para ello hay que tener en cuenta una serie de variables que puedes ver a continuación.
* Tamaño del balcón cerrado.
Obviamente, este parámetro es determinante para saber qué podemos hacer. Si el balcón es estrecho y corto, no dará más que para una salita de estar para una persona; un sillón cómodo en una esquina aunque abarque toda la anchura de la estancia, una pequeña mesa o algo que haga las veces de mesa delante del sillón para colocar algún libro o revista, si se toma algo… y quizá no dé para más que un aparato de música en la otras esquina que si se sitúa en altura, puede dejar lugar para unas plantas de interior debajo que den un poco de gracia y vida a la estancia.
En un balcón estrecho pero largo, la cosa mejora y se puede hacer una salita para dos o tres personas; se puede situar un sofá a lo largo con vistas al exterior y una mesita o una columna de estantes a cada lado para libros, aparatos de música, plantas…
Un balcón estilo terraza es ideal, porque ahí si que se pueden situar dos sillones o sillas cómodas con una mesita en medio, para disfrutar del lugar en pareja viéndose las caras, y situar otros elementos propios de una salita.
* Estancia desde la que se accede al balcón.
Este parámetro determinará el tipo de salita y su uso aún más que su tamaño; si se accede a él desde el dormitorio principal, deberá ser una salita de uso privado para la pareja, para descansar juntos o aislarse un poco uno del resto de la familia en momentos determinados, por lo que el mobiliario que se incluya no necesita más que ser del gusto y la comodidad de la pareja, preferiblemente con cierta armonía con el propio dormitorio.
Si se accede desde un cuarto juvenil o infantil, lo ideal es que sea para el uso del niño/a y sus amigos. Unos pufs o cojines gruesos y cómodos para sentarse, espacio para jugar para los peques o para un aparato de música para los adolescentes, una caja con ruedas y libros o un revistero bien surtido, y poco más necesitarán, salvo algún detalle decorativo que pueden elegir ellos como guirnaldas o algunos marcos de fotos.
Accediendo desde un comedor o desde el salón principal, puede habilitarse el balcón cerrado como salita más íntima; si recibís habitualmente invitados, organizáis comidas, cenas o fiestas, puede ser el lugar al que salir a fumar (simplemente unos taburetes altos y una mesita con varios ceniceros bastará) o un espacio más íntimo dónde charlas tranquilamente con menos ruido (unas sillas cómodas y bonitas pueden ser todo lo necesario). Si sois más familiares, quizá sea un buen lugar para tener a la vista a los peques mientras veis una película en el salón.
El acceso desde la cocina invita a una salita de uso familiar e íntimo, quizá para tomar el café después de la comida o la cena y charlar un rato con tranquilidad, para lo que una mesita auxiliar y unas sillas o sillones cómodos será imprescindibles. También puede ser un buen lugar para descansar mientras se va haciendo la comida o para aislarse un ratito del resto de la familia.
* Presupuesto.
Pues si, lógicamente, hay que tener en cuenta el presupuesto del que se dispone para transformar un balcón cerrado en una salita de estar. Si es muy holgado podrás escoger mobiliario de mayor calidad o hecho a medida, que en caso de estancias pequeñas puede ser muy interesante. Pero con un presupuesto muy pequeño pueden hacerse grandes cosas; por ejemplo, coser unos puff o cojines gruesos no es tan dificil y se pueden hacer por muy poco dinero, se puede usar una caja grande de frutas boca abajo como mesita auxiliar o boca arriba como almacenaje para revistas, libros, labores… También puedes usar palets que tan de moda están para usarlos como mesas o apilarlos a modo de sofá alto.
Con estos tres parámetros en juego ya podrás hacer un plano de tu salita ideal y un listado de qué necesitas para ponerte manos a la obra.
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