Placeres veraniegos

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Placeres veraniegos

Puede que el verano sea la estación más esperada del año, aunque como todas, tienes sus cosas mejores y peores. Pero como aquí lo que nos gusta es ver el lado bueno de la vida, vamos a recrearnos en los placeres veraniegos, esas pequeñas cosas que no siempre se valoran lo suficiente y que son de las que más nos satisfacen en verano.

1.- Encontrar un camino con sombra. Sobre todo si vuelves de trabajar o de algún quehacer poco agradable. Al mediodía, se cotiza   se agradece el doble. Te hace suspirar de satisfacción y no quieres que se termine nunca.

2.- Los sabores de la temporada. Melón, sandía, melocotón… tomate, pimiento, pepino… calabacín, berenjena, ciruelas… Y si son del huerto del pueblo, con todo su sabor, mejor que mejor.

3.- La hora de la siesta. Aunque no te duermas, aprovechar que están dormitando los demás te deja tiempo para ti a tus anchas; para leer, para bloguear, para pintarte las uñas, para pensar en las musarañas…

4.- Encontrar una fuente pública. Y saciar tu sed. Sobre todo cuando el agua sale tan fresquita como si hubieras sacado una botella de la nevera. 

5.- Sentarte a la fresca. Si la hay, y si no, esperar a que llegue. Nunca como en verano es tan placentero sentarse en la calle por la noche; en una terraza, en el parque, en el jardín de casa, a la puerta. Con unas pipas, buena compañía y unas bebidas fresquitas, lo mejor de lo mejor. Y con unas velas para ahuyentar a los mosquitos. 

6.- Bañarte. En la playa, en la piscina o hasta una ducha de agua fría en casa. Un baño es mucho más placentero si se trata de un baño veraniego. 

7.- Tener siempre limonada casera en la nevera. Y una botella con agua. Y algunas cervezas. Quizá, con suerte, quede sitio para el gazpacho, unos zumos y refrescos. Y una botella de sidra natural o dos. Pero que se pueda  beber, esté bien frío y quite la sed.

8.- La caricia del sol sobre la piel. Ese calorcito agradable que te baña por completo y te llena de bienestar.

9.- La luz que inunda todo. Y te hace tener más ganas de vivir la calle y de disfrutar, te llena de energía y te sube el ánimo.

10.- Volver a casa de madrugada y que haya amanecido. Sin miedo a ir por zonas oscuras y con la luz animándote a cambiar la cama por la tumbona. 

11.- Las verbenas. El verano está repleto de fiestas en pueblos y barrios y conocerte las mejores verbenas de la zona y no faltar a ninguna, es un placer que disfrutarás hoy  y recordarás toda la vida. 

 

Foto by Pixabay

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