Las preocupaciones de las familias por los adolescentes combinan miedos a riesgos reales y comunes con otros más inusuales y que a veces solo están en la cabeza de los progenitores. Siempre es importante estar atento pero también cuidarse mentalmente para evitar que llegue un punto en que los adultos se sientan desbordados por la cantidad de posibles males que pueden sufrir los jóvenes.
Es importante conocer cuáles son estas preocupaciones habituales de las madres, padres y abuelos por los adolescentes, si se trata de algo que realmente deban tratar de evitar mediante la prevención. Cómo pueden detectar su aparición y de qué manera educar sobre ello desde la infancia, en la adolescencia y preadolescencia a fin de evitar que suceda. Y también qué papel deben jugar para no convertirse en un problema mayor que les aleje de los adolescentes. Hay que tener en cuenta que un proteccionismo excesivo puede resultar agobiante y provocar el efecto contrario al deseado.
Preocupaciones de las familias por los adolescentes
Consumo de drogas y alcohol entre las principales preocupaciones de las familias por los adolescentes
Solo hay que darse un paseo por ciertas zonas de pueblos y ciudades para ver a gente bebiendo a la intemperie, algunos muy jóvenes y en muy malas condiciones. Por ello, porque lo ven con sus propios ojos, porque lo han experimentado en su propia juventud o en las personas de su entorno o porque leen al respecto noticias habitualmente, es lógico que sea una de las principales preocupaciones de las familias de chicos y chicas adolescentes.
La verdad es que las cifras oficiales de consumo de sustancias en la adolescencia son demoledoras. Más de 7 de cada 10 jóvenes de secundaria y bachillerato ha consumido alcohol alguna vez en su vida y más de 1 de cada 10 lo hace a diario. Y 1 de cada 4 jóvenes de entre 14 y 18 años se ha emborrachado al menos una vez en el último mes.
En cuanto a drogas psicoactivas, casi uno de cada cuatro estudiantes de entre 14 y 18 años las ha probado al menos una vez. Tres de cada diez fuman habitualmente. Casi dos de cada diez consumen cannabis de forma habitual y de estos, más de 6 de cada diez consume habitualmente cuatro tipos de drogas diferentes.
La educación para la prevención de la drogadicción y el alcoholismo es clave. Pero la presión social es muy elevada y no es fácil siempre luchar con ello. Por eso el trabajo hay que comenzarlo mucho antes. Tienen mayores tasas de éxito quienes comienzan a educar en valores como el deporte y fomentar el ocio saludable en la infancia. Los niños y niñas que habitualmente practican deporte o tienes actividades de ocio y hobbies que viven con pasión tienen un menor riesgo de caer en el consumo de alcohol y drogas durante la adolescencia.
Promover ese otro tipo de actividades y no ocultar los riesgos del alcohol y las drogas son las formas más valiosas de prevención.
Adicciones conductuales en la adolescencia preocupan a las familias.
La adicción al móvil, la ludopatía en la adolescencia o la adicción a internet y a las compras son las más habituales en la adolescencia.
Aprender a detectar adicciones conductuales en la adolescencia es clave pero más importante aún es trabajar en su prevención. Es esencial que las familias se autoexaminen y detecten si también los adultos tienen algunas conductas que corregir y con las que están dando un mal ejemplo. También es necesario no hacer oídos sordos y hablar sobre estos problemas porque es mucho más difícil luchar contra lo que no se nombra.
Fracaso escolar en la pubertad
El fracaso escolar es otra de las preocupaciones de las familias por los adolescentes. Habitualmente los miedos se refieren a cómo será el futuro adulto del chico o chica que ha fracasado escolarmente. ¿Podrá ganarse bien la vida? ¿Está avocado a ser un empleado en precario durante toda su vida laboral adulta o a engrosar las listas del paro?
El fracaso escolar puede tener distintas causas y es importante ahondar en ellas para solucionarlo. Es muy diferente cuando se trata de un tema de apatía y falta de motivación, que de falta de capacidades o de encontrarse con que el ámbito escolar es un entorno hostil. Y estas son solo algunas de sus posibles causas.
También es importante comprender que el trayecto educativo y la formación para la vida laboral no tiene por qué seguir el mismo camino en todos los casos. Hay diferentes opciones y no todas pasan por la universidad. De hecho, tener una titulación universitaria no garantiza un futuro laboral más seguro que aprender una profesión en FP o emprender, ni asegura disfrutar de mayores cotas de felicidad. Cada caso es un mundo y es recomendable conocer por qué fracasa, qué espera de su vida futura y qué alternativas tiene para formarse si el camino emprendido resulta no ser el adecuado.
Salud mental en la adolescencia: preocupación para las familias y para la sociedad
La salud mental en la pubertad es un problema que está alcanzando una magnitud impresionante. El suicidio es ya la primera causa de muerte en la adolescencia y la primera juventud en España, por encima de los accidentes. Es necesario trabajar en su cuidado y prevención antes y durante la adolescencia, permanecer atento a los signos de la depresión infantil antes de llegar a esta etapa vital.
Pero la salud mental es muy amplia y afecta a cuestiones como la falta de autoconfianza, la percepción equivocada del propio cuerpo, los miedos, la presión escolar, las altas expectativas familiares o la dejadez en su educación son solo algunas de ellas.
Es un ámbito que tiene muchas aristas que es necesario conocer y abordar de la forma adecuada. Las escuelas de padres, los centros de psicología especializados en la atención a la familia así como a los niños y adolescentes son lugares en los que encontrar ayuda.
Bullying, violencia escolar y acoso
Detectar el bullying escolar no es fácil pero es necesario para evitar problemas mayores. Este y otras formas de acoso están entre las preocupaciones de las familias por los adolescentes más habituales. Como es lógico, nadie quiere ver a sus hijos o nietos convertidos en víctimas. Por desgracia, no todos los adultos piensan igual respecto a la posibilidad de que sean los instigadores, causantes o cómplices de estas situaciones. Y la probabilidad de que esto suceda no es menor.
Tan importante es la prevención para lo uno como para lo otro, pues sin acosadores ni cómplices no hay víctimas de acoso. En casa y en el entorno escolar se debe trabajar. Y como con tantas cosas en la educación, tener en cuenta el ejemplo que los adultos ofrecemos a los menores.
Trastornos alimentarios en las preocupaciones de las familias por los adolescentes
¿Sabías que casi 1 de cada 25 jóvenes de entre 12 y 21 años sufre algún tipo de trastorno alimentario? Comer compulsivamente, la anorexia y la bulimia son los más conocidos, pero no los únicos. Y afectan tanto a chicas como a chicos.
Muchos de estos problemas nacen de una falta de autoestima. Pero en otros se deben a la relación que han creado con la comida desde la infancia e incluso de la relación que sus mayores tienen con la comida.
No son los únicos motivos pero sí los más frecuentes.
Abusos, sexting y otros problemas de índole sexual que preocupan a las familias de adolescentes
Uno de los grandes miedos de las familias con hijas e hijos adolescentes son los relacionados con el sexo. Por supuesto, los abusos y violaciones. Pero también otros como los embarazos adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual, el abuso del consumo de pornografía y el sexting, entre ellas.
Según la educación que hayan tenido las madres y padres sobre estas cuestiones les resulta más fácil o más complicado hablar de ello con los hijos a fin de prevenir este tipo de problemas.
Captación por grupos organizados
En algunos ámbitos hay una mayor concienciación sobre estos riesgos y por eso es una de las preocupaciones de las familias por los adolescentes.
Pero en otros mejor situados económica o socialmente parecen creer que es propio de ambientes desestructurados y de zonas socioeconómicamente más vulnerables. Y no son conscientes de que no están exentas de estos riesgos. De hecho, no hay grandes diferencias aunque sí suele diferenciarse qué tipo de personas o grupos son los que captan a unos u otros adolescentes. Pandillas, grupos violentos, organizaciones de delincuentes, sectas religiosas, organizaciones criminales de trata de personas, organizaciones radicales son solo algunos de ellos.
