Cuestiones a tener en cuenta al empezar a diseñar un jardín

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Cuestiones a tener en cuenta al empezar a diseñar un jardín

Al empezar a diseñar un jardín hay una serie de cuestiones muy importantes que tenemos que tener en cuenta, más allá de nuestro gusto por una o unas flores determinadas y mucho antes de ponernos a comprar plantas u otros elementos. Si quieres ser tú quien diseñe tu propio jardín como un auténtico profesional, deberás empezar teniendo en cuenta los puntos que te detallo a continuación. Verás que aunque en un principio parece más lento, te serán de mucha ayuda para hacer las cosas bien, porque en este caso el tomar atajos no sirve, y te puede provocar innecesarios quebraderos de cabeza. Siguiendo estos pasos y teniéndolos en cuenta, verás cómo diseñar un jardín es una tarea más fácil de lo que parecía.

 

1.- EL CLIMA.

Lógicamente, ésta es una de las primeras cuestiones que debes tener en cuenta para diseñar tu jardín; el clima de la zona en la que se ubica. Conociendo las horas de sol, la oscilación de temperaturas, la cantidad  y frecuencia de lluvias, las horas anuales de niebla y la humedad ambiental media a lo largo del año, entre otras, podrás empezar a descartar todas aquellas plantas que no podrían vivir en él e incluso te recomendaría una segunda criba con todas las que pueden vivir en él pero sólo a nivel de supervivencia. Me explico; hay plantas que pueden tolerar un determinado clima y no morir, pero centran en la superviviencia toda su lucha y no lucen en todo su esplendor. Para un jardín, necesitas plantas que no se contenten con no morir, sino que luzcan hermosas y sanas; esas son las que te interesa tener, las otras deberías descartarlas.

Aunque bien podrías valerte de datos muy generales, si consigues los datos climáticos de la estación meteorológica más cercana a la ubicación del jardín, mejor que mejor, pues los microclimas son mucho más relevantes de lo que uno pudiera imaginarse. 

2.- EL SUELO.

Tanto la orografía del terreno como las características bioquímicas del suelo, son fundamentales. 

En el primer aspecto, no es igual diseñar un jardín de 100m2 absolutamente llano que otro lleno de subidas y bajadas, de montículos o desniveles, pues en el segundo caso tendrías que decidir si el primer paso sería igualar el terreno cueste lo que cueste (tanto en el aspecto de esfuerzo como en el de dinero empleado) o adaptar a él el tipo de plantas que utilizar y los elementos ornamentales o prácticos (bancos, columpios, cenadores, etc…) que quieras incluir e instalar. 

En el segundo aspecto, te recomiendo ralizar un análisis de tierra. No es caro y te puede evitar muchísimos quebraderos de cabeza y problemas posteriores. Lo amortizarás pronto, porque te aseguro que comprar plantas que no se den bien en el suelo de tu jardín (en función del pH, de la tipología, etc…) te saldrá a la larga muchísimo más caro de lo que cuesta un análisis, ya sea para tratar de modificar las características del suelo (cuando sea posible), ya sea viéndote obligada a comprar nuevas plantas y deshacerte de las anteriores. 

Conocer si tu tierra es arcillosa o arenosa, si tiene un pH ácido, alcalino o equilibrado, etc… te permitirá descartar otra buena cantidad de plantes, acotando las que podrás utilizar para tu jardín.

3.- SITUACIÓN DEL JARDÍN.

Esta cuestión tiende a olvidarse cuando el diseño lo hace un aficionado y, creedme, es mucho más importante de lo que puede parecer en un principio. A poco que lo pienses verás que es de pura lógica; no todas las plantas son buenas para todas las ubicaciones. ¿Vives cerca del mar, hay una salinidad importante en el ambiente? Descarta todas las plantas que no lo soporten o quizá mejor, haz una lista con las que si lo hagan de entre las que ya tenías como posibles tras los pasos anteriores. ¿Vives en una zona industrial, cerca de una carretera con mucho tráfico, con mucha contaminación ambiental? Pues lo mismo, muchísimas plantas no toleran la contaminación ambiental. ¿Está situado frente a un altísimo edificio que le hace estar en sombra todo el día, por ejemplo? Plantéate pues, qué tiene de especial la ubicación de tu jardín para poder comprobar qué plantas 

4.- ESPACIO.

Otra cuestión muy lógica es el espacio disponible para jardín, y pese a ello es muchas veces olvidado, y así se encuentra uno con un jardín diminuto en cuyo centro se ha plantado un precioso cedro libanés que en cuanto empiece a desarrollarse ocupará todo el espacio disponible, con ramas que parecen dispuestas a adentrarse por las ventanas de la casa o que sobresalen hacia el jardín de los vecinos o la calle, por ejemplo. Ten claro de cuánto espacio dispones, y si dentro de él debes tener en cuenta también que deberás ubicar algún camino para recorrer a pie o en coche, por ejemplo. No te precipites, es más fácil "rellenar" espacio vacío que lo contrario.

5.- TIEMPO Y CONOCIMIENTOS DEL JARDINERO.

¿Quién instalará el jardín? ¿Y quién se ocupará de su mantenimiento a lo largo del tiempo? ¿Lo harás tú, un familiar, un empleado, lo encargarás a una empresa especializada? Si lo haces tú, ¿de qué tiempo y conocimientos dispones, podrás regar todos los días o podar tus árboles cuando lo necesiten? Elimina de tu futuro diseño todo aquello que no puedas o sepas mantener, tú o la persona que se ocupará de ello. En el caso de que tengas en mente encargárselo a un profesional, tendrás que tener claro cuánto trabajo estás dispuesto a darle (tradúcelo a dinero) para poder diseñar un jardín que requiera más o menos mantenimiento.

6.- NECESIDADES PRESENTES Y FUTURAS.

O lo que es lo mismo. ¿Para qué quieres el jardín? Piensa a corto, a medio y a largo plazo, salvo que te apetezca cambiar cada pocos años el jardín entero, sacando árboles o replantándolos y metiéndote en obras de todo tipo. ¿Quieres un lugar en el que descansar, en el que relajarte cuidándolo, en el que sentarte a disfrutar con amigos y familia? ¿Quieres un jardín para contemplarlo o para vivirlo? ¿Quieres un lugar sin peligro para niños o mascotas o será una zona sólo para adultos? ¿Quieres sólo plantas o sientes que necesitarás un estanque, una zona de barbacoa o un cenador, por ejemplo. Medítalo despacio hasta obtener una respuesta clara, porque si no sabes qué tipo de jardín quieres, será imposible que puedas diseñarlo.

7.- PRESUPUESTO.

Ya hemos avanzado un poco sobre esto en el punto cinco, en caso de que quieras encargar el mantenimiento del jardín a profesionales. Pero, ¿cuál es tu presupuesto para instalar el jardín? Dejando un margen para imprevistos (te recomiendo que reserves para ellos al menos el 10% del dinero que tengas pensado emplear), ¿cuánto dinero podrás emplear para todos los elementos del jardín? Y cuando digo todos, digo todos, no sólo la compra de plantas o semillas, también deberás incluir las herramientas que precises, si necesitarás algún tipo de sustrato especial, fertilizantes o elementos para luchar contra plagas y enfermedades. Y, por supuesto, todos los elementos ornamentales o de obras como bancos, estatuas, elementos de riego, faroles, maceteros, fuentes, etc… 

No te asustes, un jardín puede comenzarse con muy poco dinero pero no a lo loco, hay que tenerlo en cuenta desde el principio, porque es mejor diseñar un jardín más modesto que tener un jardín a medio hacer con una zona muy trabajada y otra prácticamente abandonada. Ten claro tu presupuesto y aparta un porcentaje para imprevisto antes de repartir el resto "virtualmente" antes de hacerlo en la práctica. No te dejes llevar por caprichos, recuerda, primero lo imprescindible y luego, si queda dinero, lo deseable. 

8.- DISPONIBILIDAD DE SUMINISTROS.

¿Puedes disponer de agua para regar o para una fuente o un estanque? ¿Podrás usar electricidad para los trabajos del jardín o para ubicar un riego automático, luces ambientales, etc…? No te olvides de que sin suministros, todo cambia.

9.- DISEÑA EN TRES DIMENSIONES.

Es fácil dejarse llevar y diseñar sobre plano, pero un jardín y los elementos que lo componen, tienen tres dimensiones. Piensa lo que ocupa (y lo que ocupará al crecer aquel elemento que lo haga) cada cosa en altura, anchura y profundidad antes de darle un espacio en el plano. Porque el tronco de un árbol ocupa muy poco pero la copa lo hace mucho más (por ponerte un ejemplo muy claro y visual) y podría interferir con otros elementos. Además, también tienes que tener en cuenta la dimensión potencial de las raíces, para que no se metan bajo las estructuras de una vivienda o de una piscina, para que no levanten muros o sequen estanques, ni envuelvan tuberías, por ejemplo.

10.- DISEÑA EN PLANTA Y ALZADO.

Sea en papel o en ordenador, diseña en planta y en alzado, para ver de ambos modos cómo quedaría el jardín. El diseño sobre planta es necesario para la correcta ubicación e instalación de todos los elementos, el alzado te permitirá visualizar el resultado tal y como lo verás en persona.

 

Foto by Pixabay

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