Todo lo que debes saber sobre la hiedra

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Todo lo que debes saber sobre la hiedra

La hiedra es una planta trepadora muy resistente que puede cultivarse tanto en el exterior como en espacios interiores (aunque en este caso es casi imposible su floración). La variedad más común es la Hedera helix aunque hoy en día podemos encontrar en cualquier vivero multitud de variedades, incluidas las variegadas, muy ornamentales. 


La hiedra es una planta de desarrollo rápido y muy longeva que se multiplica fácilmente por esquejado. Estamos hablando de una planta que resulta  perfecta para fachadas y también para separar espacios del jardín con ayuda de celosías siempre situados en zona de sombra o semisombra (por ejemplo separar la zona de piscina de aquella en la que tenemos la barbacoa). Aunque en el caso de cubierta de fachadas hay quien cree que deteriora las construcciones, esto no es cierto (salvo si se introduce por grietas ya existentes). Al contrario, protegen los materiales de la intemperie y nos evitan tener que pintarla cada pocos años. 


En interiores queda precioso como elemento decorativo en casas de estilo rústico poco luminosas. Colocadas en macetas de madera que asciendan por la pared o en cestos colgantes de los que caiga en cascada. 


Aunque se puede decir que la hiedra es una planta trepadora también puede utilizarse como tapizante o rastresa, con resultados sorprendentes, que realmente aparece muy bella. Esta planta soporta bien vivir en zonas con poca luz pero la luz del sol directa le da a las hojas una apariencia descolorida poco ornamental. Le va bien un ambiente fresco, pero no frío (en torno a los 14-18ºC) y cuando se cultiva en interiores debe estar alejado de estufas y fuertes fuentes de calor. 


Aunque a la hiedra le gusta la humedad ambiental, no soporta bien un riego fuerte. En verano es suficiente con regarlo dos veces por semana y una vez por semana en invierno. Dado que se trata de una planta cuyo valor ornamental se debe a sus hojas, es necesario aportarle regularmente un abono líquido disuelto en el agua de riego una vez cada dos semanas. 


La hiedra admite bien la poda y de hecho conviene llevarla a cabo regularmente eliminando los vástagos abiertos a comienzos de primavera y recortando las plantas jóvenes para estimular de ese modo su crecimiento. 


El principal peligro son sus frutos, muy venenosos incluso en pequeñísima cantidad, por lo que es aconsejable prescindir de su uso si tenemos niños en casa. 
Entre las variedades más co

munes y ornamentales está la hiedra de Irlanda (Hedera helix hibernica) y entre las más curiosas la Hedera helix goldchild, con tonos dorados muy ornamentales o la Hedera helix glaciar que tiene el aspecto de estar cubierta por una finísima capa escarchada. 

Los antiguos celtas creían que el lugar en el que crecía la hiedra estaba protegido contra las fuerzas negativas y los desastres. 

 

Foto by Pixabay

 

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