10 señales de que tienes un problema de mala educación

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10 señales de que tienes un problema de mala educación

Últimamente las faltas de educación campan a sus anchas. Suponemos que eres de las que comen con la boca cerrada y que tiras los papeles a la papelera y no al suelo, pero la mala educación es mucho más que eso. Te contamos 10 señales de que tienes un problema de mala educación, y esperamos que ninguna de ellas te señale, pero si lo hace, ya sólo te queda ponerle remedio. Confiamos en que ninguna de ellas tenga que ver contigo.

1.-Llamas por teléfono y envías whatsapps a cualquier hora. Da igual si te has levantado pronto para ir a trabajar y te has acordado de decirle algo a una amiga a las siete de la mañana que si no puedes dormir y aprovechas para enviarle un comentario a una amiga pasada la media noche. Ni lo piensas, te viene bien y lo haces sin pensar si la otra persona puede tener el teléfono encendido para emergencias y estará durmiendo o si se asustará al recibir el aviso a deshoras. Salvo casos de verdadera urgencia y emergencia, procura no llamar a nadie pasadas las 22,30h ni antes de las 8´00h. 

2.- Te encanta hacer visitas por sorpresa. Como vas con ilusión a ver a una amiga/familiar/compañera… crees que ella también se alegrará con la sorpresa, y no te paras a pensar que aparecer de visita en casa de alguien sin avisar denota una grandísima falta de educación. Quizá a ti no te importe si está o no en casa ni si la tiene o no recogida ese día, pero quizá a la otra persona si y lo pase fatal. Las visitas por sorpresa demuestran falta de empatía y respeto hacia la vida de la persona visitada. ¿Sabes si le apetece verte ese día? ¿Si tienes otros planes, ganas de descansar, se iba a duchar cuando suena el timbre, está en la cama con su pareja aunque a ti te parezca que no es hora para ello o está aprovechando el día para adelantar trabajo o para organizar la limpieza general de la casa?  Quizá prefiera estar sola, tenga mucho que hacer o haya organizado un plan casero con otros amigos o familiares con los que quiere tratar temas personales que no tienen que ver contigo. Una simple llamada anunciando la visita y la posibilidad de que la persona en cuestión acepte o te invite a quedar otro día, es lo que hace una persona educada cuando quiere visitar a alguien. 
Y, por supuesto, nunca aparezcas sin avisar una hora o menos, antes de las que se consideran la hora de la comida y la hora de la cena. Si te lo tenemos que explicar, es que tienes mucho más que un problema de educación.

3.- Atiendes más al teléfono móvil que a la persona con la que estás. Mal, muy mal. Si quedas con unas amigas, tienes una cita, vas a visitar a tu prima la del pueblo o has quedado con antiguas compañeras de trabajo, el móvil, fuera. Puedes ponerlo en modo vibración si estás esperando una llamada urgente, pero urgente de verdad (una respuesta a una entrevista de trabajo, una citación para una prueba médica…) y atender en ese caso, pero si recibes llamadas "para hablar" o te envías mensajes porque si, el teléfono déjalo en el bolso y cuando te despidas de las personas con las que estás, ya harás lo que debas hacer con las llamadas y whatsapps pendientes. 

4.- Cuando un amigo o familiar está enfermo, vas con toda la familia o cuadrilla a pasar con él una tarde. Sin pensar en que un enfermo debe descansar y que no se le tiene que molestar, que el descanso ayuda a la recuperación y que posiblemente tenga pocas ganas de molestias. Aunque lo hagas con buena intención, no es lo más adecuado. Salvo que demande atención o esté recuperándose de un accidente, inmovilizado, y esté más aburrido que mal (cosa que debería encargarse de decidir el convaleciente y no el visitante), una visita corta y a ser posible aislada (nada de 4 a la vez) es lo suyo. Es mejor llevarle una revista, un libro o un tupper de comida que le libere de cocinar un día, que estar muchas personas y mucho rato de visita. Te lo agradecerá mucho más y de corazón.

5.- Esperas respuestas inmediatas a tus whatsapps y te enfadas si no las recibes. Los demás no tienen por qué estar siempre pendientes del teléfono y aunque lo lean por si es importante, pueden estar a otras cosas y ya te responderán cuando puedan. Antes de enfadarte, ponte en la piel de los demás y respétalos. Puede estar al volante, o preparando la comida, trabajando, bañando a un bebé, a punto de entrar en la ducha o al gimnasio, en la biblioteca o haciendo la compra, entre otros cientos de ocupaciones; cuando pueda, te responderá.

6.- Comes en el supermercado. O en el hiper. Sales de trabajar o se te antoja algo y abres una bolsa de patatas fritas, una chocolatina o lo que se tercie. Aunque luego pases el envoltorio por la caja para pagarlo (y si no lo haces, ten claro que estás robando no a un ente invisible, si no a un grupo de personas que trabajan para ganarse la vida, algunas con sueldos muy bajos y estados personales muy complicados), estás actuando con una gran falta de educación. El supermercado es un lugar para hacer la compra, no para comer. Salvo que lleves tres días sin probar bocado y aterrices en un establecimiento comercial, espera a pagar el producto que quieres comer y cuando salgas del mismo y sólo entonces, hazlo. 

7.- Manchas de maquillaje la ropa que te pruebas y no se lo dices a la dependienta. Mal, muy mal. Para empezar, hay que tener cuidado y procura no pintarte en exceso si te vas a probar jerseys de cuello vuelto, por ejemplo. Pero un accidente lo puede tener cualquiera y si te ocurre, si sin querer rozas un cuello con un pintalabios o similar, lo lógico es que se lo digas a la empleada. No te van a detener ni te van a hacer pagar la tintorería o la prenda, sólo van a poder retirarlo de la zona de venta y tratar de retirar la mancha aún reciente. ¿Te gusta cuando vas a comprar y encuentras la ropa sucia colgada de una percha? No, ¿verdad? Pues imagina lo poco que le gusta a la dependienta al cargo.  Y ya de paso, no seas de esas personas que deja toda la ropa que mira o se prueba arrugada o mal tirada, por favor. 

8.- Cuando estás en casa nunca piensas qué le puede molestar a los vecinos. Pones la radio o la televisión con demasiado volumen, cuelgas la ropa que no quieres escurrir para que no se arrugue, empapada, sin importar si en las cuerdas de los pisos de debajo hay ropa tendida, sacudes el mantel por la ventana del patio, riegas las flores a pleno día sin importar quién esté pasando por debajo, te pones los tacones para ir a trabajar por la mañana y todavía trajinas por la casa unos minutos… Cualquiera de estas cosas (y otras más) son una falta de educación y de buena convivencia y evitarlas no debería suponerte ningún problema. 

9.- Haces fotos con el móvil a desconocidos y te haces selfies en la calle sin importarte dónde. No todo el mundo quiere salir en una fotografía de un desconocido, aunque sea de refilón, y menos si luego va a terminar publicada en una red social u otro espacio público. Además de ser de mala educación, también te puede traer un problema legal. Igual que hacerte selfies sin pensar en quién puede aparecer por detrás o a quién puedes molestar (por ejemplo en un restaurante). 

10.- Vas a a hacer la compra al borde de la hora de cierre del comercio. Puedes hacerlo un día aislado en el que las circunstancias no te hayan dejado hacerlo en otro momento del día, pero por normal ir a última hora, cuando faltan menos de 5 minutos para el cierre, y entretenerte mirando etiquetas, comparando productos, haciendo una compra larga o charlando con otro cliente, es una falta de educación y deberías evitarlo. ¿Cómo te sienta a ti cuando tu jefe te manda una tarea inmediata cuando ya estás recogiendo para marcharte a casa después de una larga jornada laboral? Pues eso les ocurre también  a los demás.

 

Foto by Pixabay

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