Cómo cuidar la piel sensible

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Cómo cuidar la piel sensible - El Jardín de Venus

La piel sensible es una problemática que genera malestar y molestias a quien la padece. En muchas ocasiones se muestra, además, con rojeces. Saber cómo cuidar la piel sensible es clave para tomar medidas a fin de protegerla. Tanto si se trata de la piel sensible del rostro como del cuerpo.

Cómo cuidar la piel sensible y los consejos efectivos para su protección.

Utilizar productos cosméticos sin ingredientes potencialmente peligrosos para las pieles sensibles.

La cosmética natural es la más adecuada para quienes tienen la piel sensible. Es importante comprobar que entre los ingredientes señalados la fórmula carezca de aquellos que habitualmente ocasionan este tipo de problemas.

¿Cuáles son los principales? Entre otros:

  • Parabenos.
  • Siliconas.
  • Aluminio.
  • Sulfatos.
  • Productos derivados del petróleo.
  • Aceites minerales.
  • Para asegurarte de esto es recomendable comprar cosmética natural. Así evitarás este tipo de componentes dañinos para las pieles sensibles.

Protege tu piel de las temperaturas bruscas y de los rayos solares.

Si te planteas cómo cuidar la piel sensible ten en cuenta que tanto el frío extremo como el excesivo calor pueden resultar perjudiciales. Por ello, es recomendable utilizar prendas que permitan proteger la piel en estas situaciones.

Además, también es esencial no exponer la piel al sol sin una protección adecuada. La radiación solar puede resultar muy dañina para este tipo de pieles.

La hidratación es clave para cuidar la piel sensible.

La hidratación interna y externa protege la piel. Si siempre es necesario tener la piel hidratada, aún lo es más cuando se trata de pieles sensibles. Por ello es necesario llevar este paso a cabo mañana y noche en el rostro, así como hidratar en profundidad el cuerpo después de cada ducha. En zonas especialmente dañadas o sensibles, si es preciso, aplicar hidratación al cuerpo también cada mañana y cada noche.

Para cuidar la piel sensible, mejor ducha que baño y a la temperatura adecuada.

Permanecer en el agua caliente durante mucho tiempo destruye la barrera de protección de la piel. Y eso es fatal cuando se trata de piel sensible. Por ello, si buscas cómo cuidar la piel sensible recuerda que una ducha corta con una temperatura templada y suave es más adecuada para ti.

Identifica desencadenantes para actuar sobre ellos.

Algunas pieles sensibles son, al mismo tiempo, pieles reactivas. Esto quiere decir que en algunos casos, determinados factores provocan una reacción en el organismo que se manifiesta en una piel más enrojecida, más seca y con más molestias.

A través de la observación se puede llegar a identificar a qué reacciona tu piel y así tomar medidas para evitar o minimizar estas situaciones de riesgo.

¿Algunos de los desencadenantes habituales?

  • Estrés.
  • Fatiga física y fatiga mental.
  • Determinadas condiciones medioambientales.
  • La ingesta de comidas especialmente picantes o especiadas.
  • Consumo de bebidas alcohólicas.
  • Exfoliación agresiva.
  • Depilación con medios mecánicos.

Si te planteas cómo cuidar la piel sensible y el mejor modo de protegerla ten en cuentas estos consejos prácticos y efectivos. Llévalos a la práctica y disfrutar de una piel más cuidada con menos molestias.

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